Pecco Bagnaia dio otro golpe sobre la mesa en su impecable defensa del número uno y volvió a emerger como ganador del penúltimo asalto por el título en el GP de Qatar. Con su segunda posición en la carrera larga del domingo, el vigente campeón le dio la vuelta a la tortilla al compás del certamen aprovechando el gatillazo de Jorge Martín, hundido por un neumático defectuoso y una muy mala salida que le condenaron a la décima posición. El aspirante español cae a 21 puntos del italiano en la clasificación cuando quedan tan solo 37 en juego en Valencia la próxima semana. Bajo las luces de la noche catarí, un protagonista inesperado se coló en la batalla por el Mundial y estuvo a punto de provocar otro giro inesperado de guion en este tremendo desenlace de curso.
Fabio Di Giannantonio, que por ahora no tiene moto para el próximo año, se estrenó como ganador en MotoGP tras no arrugarse en el cuerpo a cuerpo con su compatriota y referencia del campeonato. Lloró desconsolado el piloto romano de 25 años, que cederá su puesto en Gresini a Marc Márquez, uno de los muchos compañeros que se le acercaron para felicitarle efusivamente tras triunfar. “Esto es una revancha personal. Para todos los que han dudado de mí, aquí estoy”, reivindicó desde el parque cerrado, incapaz de encontrar más palabras en el mar de abrazos que le acompañó en el paddock.
La brillante resolución de Diggia, en la que era su penúltima oportunidad para subir a lo más alto del podio en la categoría reina, casi genera un sobresalto mayúsculo en la lucha por el título. Después de adelantarle sin miramientos a tres vueltas del final, Bagnaia quiso disputarle la victoria a pesar del peso de la corona a sus espaldas. El número uno de Ducati apuró tanto la frenada que se metió en el rebufo de la moto satélite y casi se la lleva puesta a final de recta. La colada del campeón no evitó que pudiera reemprender la marcha ya con más calma y un cómodo colchón de dos segundos y medio sobre Luca Marini, tercer clasificado en la prueba. “P2. OK”, le recordaban desde el muro al turinés. La prioridad era terminar y subirse al podio por decimocuarta vez. “Hemos podido marcar distancia, y es importante de cara a Valencia” celebró.
Martín: “Es una vergüenza pilotar así”
La clave de la carrera estuvo en la mala salida y caída en picado de Martín, desconocido y muy lejos de su ritmo demoledor del sábado por culpa del mismo problema técnico que fastidió a Bagnaia en la carrera al sprint. “Es una vergüenza pilotar así. Sentí frustración, pero terminé riéndome porque no había nada que hacer”, atizó el español al explicar la fallida del neumático trasero de Michelin. “No puede ser que un Mundial se decida por una mala goma. Espero que esto mejore, porque no se lo deseo a nadie”, se resignó, visiblemente molesto y decepcionado por perder así gran parte de sus opciones de ganar.
El primer mazazo para él llegó muy pronto con una derrapada extrema al apagarse los semáforos. Al paso por la primera curva, el madrileño se veía octavo después de salir quinto. Por si fuera poco, su gran rival salió como un tiro y pasó de la cuarta a la primera plaza. De verse capaz de ganarlo todo hasta el fin de fiesta en Valencia, el piloto del Pramac pronto empezó a sacudir la cabeza, desesperado. Llegó a dar cabezazos con el casco al tanque de combustible en el tramo final de carrera. “Otra vez me han ganado fuera”, destacó.
El español, con las mismas armas que el defensor de la corona, rodó casi un segundo más lento que Pecco en cabeza a lo largo de la prueba. Su pilotaje tenso y poco fluido evidenció un problema más allá de los nervios propios del momento y la situación de carrera. Martín contó con la colaboración de su compañero Johann Zarco, que se coló a propósito y le cedió una plaza al verse por delante de él. Lo máximo que logró remontar fue hasta la sexta plaza, y el grupo de cinco de cabeza siempre estuvo más allá del segundo. Desesperado, el 89 tuvo que dejar de banda su agresividad marca de la casa y conformarse con ver cómo varios invitados de piedra se colaban en la fiesta.
Maverick Viñales con la Aprilia, Fabio Quartararo con la Yamaha… todos pudieron con su ritmo de tortuga. Hasta Enea Bastianini, compañero de equipo de Bagnaia, pudo echarle un capote al referente de Ducati alcanzando a Martín y condenándole a la décima plaza final. De estar a 7 puntos y depender de sí mismo, el de San Sebastián de los Reyes vio cómo sus opciones del título quedan muy mermadas rumbo al asalto definitivo de Valencia. Nunca se sabe, pero ahora mismo el título está más cerca del italiano. Una victoria en la sprint y una tercera posición del español le bastaría para revalidar su corona el sábado. “Todo puede pasar, y hasta que haya opciones lo voy a intentar”, concluyó a pesar de todo Martín.
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