El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea. Cuando se tiene asma, los bronquios tienen tendencia a estar inflamados, por lo que están más cerrados de lo que deberían estar. Esto hace que el aire no circule bien por ellos. Como los bronquios son para el aire lo que las cañerías para el agua, a las personas que tienen asma les cuesta más trabajo respirar. Las causas del asma no están claras. Parece que existe una susceptibilidad genética. Esto no quiere decir que haya un gen concreto implicado, sino que en algunas personas existe cierta debilidad genética y determinados estímulos como alergias o infecciones por virus desencadenan una serie de señales que hacen que el propio cuerpo genere una inflamación crónica de los bronquios.
Para conseguir controlar la inflación se utilizan principalmente los inhaladores que están basados en unos medicamentos llamados corticoides. Estos fármacos actúan sobre el pulmón, prácticamente no pasan a vía sistémica (el resto del organismo), y lo que hacen es bajar la inflamación. Cuando baja la inflamación, la respiración vuelve a ser normal. También es cierto que no en todos los casos los y las pacientes responden. En algunas ocasiones se requieren dosis más altas de corticoides inhalados y en otros casos, pueden llegar a requerir fármacos biológicos.
Los fármacos biológicos se inyectan y actúan sobre células concretas que son las que provocan la inflamación como los eosinófilos o sus receptores en la membrana del pulmón. Y lo que consiguen es que los eosinófilos prácticamente desaparezcan o reducen mucho su número y de esa manera también se consigue que desaparezca la inflamación. Este tratamiento se ha empezado a utilizar en los últimos quince años.
Lo más habitual es que el asma en niños y niñas empiece con la enfermedad de tipo alérgico. Y hay casos de menores que tienen asma en la infancia y en la edad adulta puede desaparecer. No sabemos por qué. Esto no ocurre cuando el asma debuta en personas adultas. Estos casos en los que la enfermedad aparece cuando la persona es adulta suelen ser más frecuentes en mujeres. También es más habitual que la enfermedad la padezcan pacientes que viven en ambientes contaminados, como las ciudades.
El asma no controlado puede provocar sensación de ahogo, que a la persona le cueste más respirar y que no pueda hacer esfuerzos. Si es algo muy brusco, porque a veces se producen crisis y los bronquios se cierran de forma abrupta, esa persona a lo mejor tiene que ir a urgencias para que se le pongan los corticoides inyectados para intentar bajar esa inflamación.
Hace años, cuando no existían los tratamientos actuales, una persona podía llegar a morir por una crisis de asma. Ahora es mucho más raro porque existen tratamientos eficaces y las enfermas y enfermos responden y no suele haber problemas. Pero también es verdad que vemos que los pacientes asmáticos que fuman sí pueden tener crisis más graves y pueden tener que llegar a ser ingresados en una UCI.
Belén Gómez es neumóloga en el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga e investigadora en el Instituto de Investigación Biomédica.
Pregunta enviada vía email por Ada Veiga
Coordinación y redacción: Victoria Toro
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