Su nombre es Carlos Gómez Herrera, tenista desconocido para el gran público hasta que hace tres años se supo de él, cuando apareció en uno de los vídeos de Novak Djokovic mientras ambos peloteaban durante la pandemia en un exclusivo club de Marbella. Entonces se supo del rastro español del serbio, aunque en realidad el vínculo venía de lejos. Se conocieron 15 años antes en el circuito y además de haber hecho buenas migas, les unía un segundo vínculo. Marko, uno de los hermanos de Nole, conoció al andaluz en la escuela marbellí de Pepe Imaz —recuérdese, ese Amor y Paz que predicaba el de Belgrado en plena crisis profesional, entre mediados de 2016 y 2018— y desde entonces los dos entablaron una profunda amistad que perdura hasta hoy.
Gómez Herrera era uno más dentro de ese gran pelotón de jugadores que intentan dar el último salto y no lo consiguen, de aquellos que sobreviven a duras penas a la exigencia económica de la élite. No logró nunca franquear la barrera de los 250 mejores, pero fue haciéndose un hueco en el entramado técnico de Djokovic y hoy día es un activo fundamental para el número uno. Desde aquellas fechas, 2020, el español fue incorporándose progresivamente a la foto de grupo de Nole y ahora ocupa un espacio preferencial. Al lado del croata Goran Ivanisevic, el técnico oficial, anima y ofrece coordenadas al balcánico desde el banquillo durante los partidos —Adje, adje! ¡Vamos, vamos!— y de aquí en adelante ejercerá también una labor estratégica, más allá de lo deportivo.
“Es la estrella más humilde que hay. Si necesito algo, ahí está él. Es un gran deportista, pero también una extraordinaria persona. Es muy humano”, indicaba Gómez Herrera durante una conversación con este periódico en mayo de 2020. “Yo no lo veo como Djokovic, sino como un compañero y sobre todo un gran amigo. Es un reflejo de que ser el número uno y tener el éxito que tiene no vale para creer que estás por encima de los demás”, agregaba entonces, cuando hacía de sparring. Previamente ya habían disputado algunos partidos de dobles y después también se asociaron en alguna ocasión; la última vez fue sobre la hierba de Mallorca, en 2021.
Para Nole, Gómez Herrera (33 años, sin ranking en la actualidad) es un pilar anímico esencial, pero a partir de ahora tendrá un papel determinante en la toma de decisiones; lo que en términos de gestión profesional se denomina management. Coincide el ascenso del español con la desaparición del entramado de Edoardo Artaldi y Elena Cappellaro, el matrimonio italiano que dirigía la carrera del tenista desde hacía 15 años. Tras conquistar el US Open, en septiembre, trascendió la ruptura con el agente y la responsable de comunicación, sin mediar explicación. Ya sucedió el año pasado con Marian Vajda, su entrenador más longevo, y con su fisio, Ulises Badio. “Comienza un nuevo episodio; la transición no será fácil, pero las cosas van hacia adelante”, transmitía Djokovic a comienzos de noviembre.
El último récord
Y ese “hacia adelante” significa mayor jerarquía para Gómez Herrera en el organigrama. El andaluz —en su día ayudante de Manolo Santana en el club del madrileño en Marbella— ya acompañó al tenista la semana pasada en Turín y vuelve a ser su sombra en Málaga, donde Nole (36 años) se asentó hace tres años, aunque deje caerse con frecuencia por su ciudad natal. Entusiasmado con la calidez de la gente y el clima de la región, el serbio disfruta de estos días y enfoca el último reto de este año para él, la conquista de la Copa Davis. La alzó en 2010, pero el curso pasado se propuso una segunda y tras intervenir decisivamente en la fase de grupos de septiembre, vuelve con todo a las Finales.
”Vine al día siguiente y comencé a entrenar de inmediato. La Davis era uno de los grandes objetivos de la temporada y siempre lo será. Espero poder contribuir a ganarla. He jugado un tenis realmente bueno en los últimos días”, expresó a su llegada.
De momento, ayer firmó el punto que decantó la eliminatoria contra Gran Bretaña (doble 6-4 a Cameron Norrie), así que él y sus compañeros se encontrarán en las semifinales con Italia, que en el primer turno de la tarde se deshizo de Países Bajos (2-1) y confía en el buen momento de Jannik Sinner para hacer algo grande. El joven, de 22 años y reciente finalista de la Copa de Maestros, se reencontrará con Djokovic tras los dos duelos que disputaron ambos recientemente en el Pala Alpitpur de Turín; el primero (fase de grupos) cayó de su lado y el segundo (final) concedió el título a su rival. Será el tercer enfrentamiento en 11 días. Irrumpirá Nole con otro récord en la cartilla, puesto que el último triunfo le distingue como el serbio más productivo en la Copa Davis con 44, uno más que Nenad Zimonjic.
Su equipo e Italia figurarán en la penúltima escala, a la que ya habían accedido antes Finlandia y Australia, tras haber superado en los cruces de cuartos a Canadá y Chequia, respectivamente.
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