Ni siquiera tenía cromo con su figura en el álbum de la Liga F. Hasta ahora. Una gran deuda saldada a nivel de imagen, aunque quedan muchas por cumplir. Caroline Graham Hansen (Oslo, 28 años) apenas ha sido premiada a nivel individual. Y en el Mundial, fuera del once en varios partidos, se sintió “pisoteada”. Este año se quedó fuera de las 30 nominadas al Balón de Oro. Asegura que no le importa, que lo valioso son los títulos colectivos. Hansen se siente cómoda en la discreción. Hace poco ruido fuera del campo, pero mucho daño al rival sobre él. La extremo derecha del Barcelona es puro desequilibrio, velocidad y técnica, una de las jugadoras más determinantes del club. Se crio con el regate en la calle, y se volvió maestra. Ahora predica sobre el campo. Y el fútbol del Barcelona no se entiende sin ella. “Quien sabe de fútbol reconoce que es la mejor jugadora del mundo”, aseguran voces cercanas al vestuario. El martes, en el primer partido de Champions de las culés contra el Benfica, se convirtió en la tercera jugadora con más asistencias de la historia de la competición europea (25), detrás de Alexandra Popp (28) y Dzsenifer Marozsán (29). Y el domingo, ante el Madrid, estará presente en el Clásico en el Estadi Olímpic Lluís Companys delante de unas 40.000 personas. “Puedo confirmar que jugará”, aseguró, con una media sonrisa, el entrenador Jonatan Giráldez.
El Barça llega imbatible al clásico, líder indiscutible de la tabla, con el Real Madrid a rebufo, separados por tres puntos. Hansen ha contribuido con cinco goles y cuatro asistencias en los seis partidos que ha disputado. A pesar de perderse dos jornadas por un esguince en el tobillo derecho, la noruega es la jugadora con más incidencia en ataque en la Liga F. Este domingo deberá hacer frente a Olga Carmona sobre el campo. “Está en muy buena forma, al igual que Caro. Es un duelo importante, porque es una de las jugadoras más fundamentales en el uno contra uno en nuestro equipo, y creo que está en un gran nivel”, aseguró Giráldez.
De los 11 clásicos disputados, los ha ganado todos el Barcelona. Pero el Real Madrid ha recortado la distancia entre ellos. “Cuando jugamos contra el Madrid es especial. Están trabajando fuerte, fichando a mejores jugadoras. Es importante tener un clásico fuerte para el fútbol femenino. Será una gran lucha y tenemos ganas de afrontarla”, señaló Hansen. Aunque una de sus principales socias, Alexia Putellas, ha estado entrenándose al margen del equipo por molestias tras el último partido. La dos veces balón de oro está prácticamente descartada, al igual que Irene Paredes, aún recuperándose de un proceso vírico.
Para repetir victoria, la presencia de Caro, como la conocen sus compañeras, será fundamental. Si se siente cómoda en la discreción, aún más en la banda derecha. Su sigilo contrasta con su descaro. Desde el extremo, regatea rivales. Uno, dos, tres. Se engancha el balón al pie, rompe las defensas y pone el balón en el centro. Entonces, llega el gol, como en el último partido de Champions. Es desequilibrante y decisiva en ataque, una gran vencedora de los duelos uno contra uno.
Pero si bien no falla en estático, también cuenta con una gran resistencia física y velocidad. Aporta oxígeno al Barcelona y gana todas las carreras, al igual que genera y aprovecha espacios. Constantemente disponible para recibir balón y hacer desmarques para sus compañeras. Fundamental en el juego asociativo del Barcelona, Hansen es partícipe de la triangulación para crear superioridad y progresión. Destaca por disponer de una excelente visión de juego: crea jugadas, se anticipa y es precisa en los pases.
Está bien acompañada en el frente, con un tridente de oro. Como un puñal, la reciente incorporación de Esmee Brugts, la joven Salma Paralluelo o la versátil Mariona Caldentey la acompañan en los extremos. Como nueve, se acostumbra Alexia Putellas y perdura Asisat Oshoala. La profundidad del equipo nace de las extremos, pero también de las laterales. Con Marta Torrejón y Lucy Bronze comparte la derecha, y con Ona Batlle —intercambiable e insaciable— y Fridolina Rölfo —ahora lesionada— la izquierda.
El pasado martes, en el partido contra el Benfica, el gol del Barcelona llegó antes que el fútbol, y Hansen antes que nadie. Lideró el ataque con sus acciones individuales, e incluso generó ocasiones en los peores minutos del club culé. La eterna invisible brilló aquel día. Decisiva e impecable, tomó decisiones e hincó el diente en el área. Y mostró una mejora defensiva. “Es una jugadora muy completa en ataque, y que está perfeccionando poco a poco su nivel defensivo. El otro día el gol de Oshoala fue una recuperación suya”, recordó Jonatan Giráldez.
Las numerosas lesiones a lo largo de su trayectoria le han apartado del campo de juego. La temporada pasada Caro vivió un calvario tras quedar fuera de juego durante meses por dos lesiones, una de bíceps femoral y otra de rodilla. Disputó la mitad de los minutos y partidos de temporadas anteriores, aunque logró empujar al Barça para ganar la Champions y la Liga. Y logró entrar dentro del mejor equipo del mundo de la UEFA 2023. Pero no entre las nominadas al Balón de Oro. Acumula 11 títulos, 122 partidos oficiales y 47 goles con el Barcelona desde que llegó en 2019 procedente del Wolsfburgo. Desde entonces, Caroline Graham Hansen se ha vuelto fundamental en el ataque culé. El Barcelona la tendrá hasta 2026. Seguirá disfrutando de su originalidad, personalidad y regates, si las lesiones se lo permiten. De momento, el siguiente objetivo es el Real Madrid.
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