Aretha Franklin, la joven estrella del góspel que se convirtió en la Reina del Soul, ha fallecido hoy en Detroit a los 76 años, dejando un vacío en el mundo de la música que se llenará con su vasta producción, que va desde el himno “Respect” hasta “I Say a Little Prayer”.
Aretha Franklin fue diagnosticada de cáncer de páncreas en 2010. Según publicó ayer el medio estadounidense Showbiz411, Aretha Franklin estaba gravemente enferma en Detroit . La artista se encontraba en su casa de Detroit, su ciudad de adopción, y su familia pedia “oraciones y privacidad”. “Está rodeada de su familia y de personas cercanas a ella”.
Esa pequeña plegaria que reza “por siempre estarás en mi corazón y te amaré” resumirá el recuerdo de Franklin (Memphis, 1942), la gran última voz de Estados Unidos que hoy se ha apagado, que luchó por los derechos civiles y que, aquí en España, clausuró el XII Festival Español de la Canción en 1970 en Benidorm.
Franklin llegó al Benidorm de los últimos años del franquismo con el título de Reina del Soul, tres años después de convertir “Respect”, de Otis Redding, en un himno racial y feminista.
Aunque ese tema, con más de 150 millones de reproducciones en Spotify, no es el único legado que deja la artista tras seis décadas de carrera. La Dama del Soul, que comenzó cantando en una iglesia de Detroit, consiguió una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y cantó en las ceremonias de investidura de Clinton y Obama.